Es alucinante la prisa que tienen cada año por delantarnos antes el bombardeo publicitario de la mierda de las navidades, cuando aún casi no hemos tenido tiempo de cambiar la ropa de verano por la ropa de "entre tiempo" como dicen aquí en Madriz.
Lo simpático del caso es que las navidades siempre las adelantan los mismos: las grandes empresas de servicios. En este caso es nuestra siempre querida y entrañable timadora de turno, Telefónica. Y es que ayer no podía salir de mi asombro cuando unos reyes magos salían en la tele anunciando la nueva promoción de navidades de esta empresa que los españoles hemos pagado 2 veces, la primera por cojones (cuando era empresa estatal 100%) y la segunda por bobos (a los que sigan teniendo productos con esta gentuza).
Lo peor de todo es que las navidades cada vez son más comerciales que devocionales (para los que sigan creyendo en la gran mentira cristiana), pero eso a la gente le da igual, porque es el mes de Diciembre es el mes de las buenas acciones, de la solidaridad, de ponernos gochos de comida, mientras en el otro resto del mundo no deja de ser un día más por el que seguir luchando para sobrevivir.
Lo mejor del 25 de Diciembre es que es la celebración de la fiesta pagana del solsticio de invierno, y es el nacimiento de Mitra, mucho más antiguo que el cristianismo que nos venden algunos desde los pedestales de los becerros de oro. Casualmente celebraban su liturgia también con pan y vino, curiosas coincidencias que la Iglesia ha sabido aprovechar en veneficio propio, como siempre.
La mejor celebración desde mi punto de vista del 25 de Diciembre es el nacimiendo de Sir Isaac Newton, precursor entre otras cosas de la ciencia moderna tal y como la conocemos hoy día.
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